jueves, 21 de abril de 2016

Dime quién soy

Afortunadamente muté hace muchísimos años, tuve la suerte de tener maestros que me ayudaron a  hacerlo. Lo que hoy soy es producto de cómo me trataron en la escuela durante mis primeros años allí.
Tengo 55 años y pertenezco a la generación con la que experimentaron la E.G.B, las clases mixtas, el inglés, los trabajos por grupos y la búsqueda de información en la enciclopedia Larousse  para ampliar conocimientos.
Nos decían, estudia para aprender, no para aprobar y así lo hacía.  Poco a poco iba mutando con respecto a las generaciones de mis hermanos mayores.
Con tan solo 23 años me vi dentro del aula pero como "la seño" y la mutación continuó hasta nuestros días siguiendo el ritmo que las nuevas generaciones nos van marcando.
A veces me siento como un bicho raro cuando me escucho a mi misma decir que me importa más que los niños adquieran gusto por el idioma (inglés) que les enseño a qué sepan mucha gramática. o que me interesa más que los niños piensen,  reaccionen  y comparen  acerca de lo que les toca vivir a  que  aprendan de memoria lo  qué ocurrió hace cientos de años.
Un mutante tiene que tener la autoestima en su sitio, lo demás vendrá rodado. No le importa equivocarse y por ello experimenta continuamente y si se equivoca,  rectifica  el camino y busca otra salida. Para él aprender es una aventura no un drama y el cole es un lugar donde trabajar pero también donde se encuentra con gente  con la que se encuentra muy bien.
Un mutante no siente impotencia o desesperación aunque luchará como un león por llegar a su meta.

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